Para gestionar a tu jefe, debes hacer tres cosas: asegurarte de que tu jefe conoce tus objetivos profesionales, utilizar la delegación ascendente sólo cuando aproveche su autoridad, y comprender sus objetivos y participar en su consecución. Cuando haces estas tres cosas, estás en mejor sintonía con tu jefe, y él se vuelve más flexible con tus peticiones porque sabe que tienes su mejor interés en mente.